Fotobiografía

Luis Ochandorena Lizarraga. Barcelona, 1959

Con la perspectiva de los cuarenta años que llevo de práctica fotográfica me doy cuenta de que mi pasión por la fotografía me ha llevado a realizar un gran viaje. Más allá de las imágenes conseguidas, he pasado por muchas etapas en esa especie de peregrinación que constituye el compromiso con el arte. He tenido momentos dulces donde sentía que la creatividad fluía a través mío y también ha habido otros momentos de sequía donde parecía que estaba atravesando un desierto sin fin. Todos esos instantes forman parte de un camino de crecimiento.

La motivación que me ha ayudado a seguir adelante es la fascinación por la luz que hace visible las formas y el color del mundo. Como fotógrafo, me parece un milagro plasmar en una hoja de papel o poder ver en una pantalla la imagen de una porción de la realidad visual, por lo que me quedo asombrado como un niño cuando miro fotos. No tengo una explicación racional para esa pasión más allá de reconocer que tiene algo de mágico y misterioso aunque, al mismo tiempo, sea muy normal y corriente.

De izquierda a derecha: Guillumet, Blanco, Ochandorena, Fabregá, Olivella, Carmona, Rivas, América, Siserol.     Arles 1986.

Este camino me ha llevado a eliminar muchas de las pretensiones artísticas que tenía y me ha dejado desnudo delante de la experiencia de la percepción. La formación como trainer en las enseñanzas Miksang sobre la fotografía contemplativa me proporcionaron una sólida base en la que apoyarme. Al fin y al cabo, la fotografía es el arte de la observación.
En este proceso creativo ha sido de gran ayuda la relación con mis maestros Claudio Naranjo, Empar Fresquet y Xavier Puigdevall y con la meditación. Aunque cada medio de expresión (fotografía, pintura, música, danza, etc…) tiene sus propias prácticas espirituales, la meditación constituye un gran apoyo para el artista. Ella me ha enseñado a no dar tanta importancia al resultado y centrarme en la experiencia que tengo en el momento de hacer fotos.

Mi práctica no se ha limitado a hacer fotografías y presentarlas en unas cuantas exposiciones sino que me ha llevado a otras facetas que han supuesto nuevos retos. Por ejemplo, fui profesor en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya y en la escuela Gris-Art. También viví profesionalmente de la fotografía publicitaria. Y por último, me he convertido en escritor con el libro «La fotografía: el arte de la mirada».

En esta etapa de mi vida, mi interés se centra en poder transmitir a otras personas lo aprendido y acompañarlas en el solitario viaje que supone la experiencia artística.

Fotografía del curso de Javier Vallhonrat en el Circulo de Bellas Artes de Madrid.  1989 Organizado por Alejandro Castellote y Manuel Santos. Participaron Cristina García Rodero, Jose Manuel Castro Prieto, Miguel Trillo, Chema Madoz, Llorenç Raich, Iñigo Royo, Javier Diaz y muchos más.